La Cooperativa de Ivars, fue pionera en disponer de granjas que tienen como principal objetivo obtener conocimiento para optimizar y mejorar el rendimiento de los piensos compuestos de la Cooperativa, así como también técnicas de manejo, dispositivos para las instalaciones que pueden contribuir al crecimiento y el bienestar animal, todos ellos elementos importantes que se trasladan después al socio.
Acompañado por el director del departamento de Rumiantes, Eliseu Isla, y el director de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad, Kevin Requena, el subdelegado visitó la granja Montsuà de engorde de terneros, totalmente automatizada y monitorizada donde el centenar de animales que se crían llevan instalado un chip en la oreja que permite controlar de manera permanente cada movimiento relacionado con la ingesta de pienso; la cantidad, la frecuencia, la evolución del peso del animal, y recientemente con colaboración de la Universitat de València, saber el consumo de agua real.
José Crespín también visitó la granja Mamonera Inglada, estructurada con una innovadora técnica de iglús que acogen grupos reducidos de terneros lactantes para poder testar las cantidades óptimas de leche y pienso que necesitan en cada momento de su proceso de crecimiento. Una granja que dispone de sensores que permiten conocer el consumo de pienso y agua por cada lote y un sistema de pesaje que ofrece datos en línea. A la vez, gracias a los iglús se pueden llevar a cabo más fácilmente las tareas de limpieza o las pruebas diagnósticas, como ecografías pulmonares que aportan información, por ejemplo, para evitar medicar a todos los animales por igual y hacerlo en función de las necesidades de cada animal.
Los bonos resultados obtenidos a la granja Inglada, que también dispone de placas fotovoltaicas para garantizar el autoconsumo de energía, han permitido que la Cooperativa de Ivars haya iniciado un proyecto de ampliación de su capacidad para pasar de los 300 novillos lactantes actuales a una capacidad de 600 antes de que finalice el año.
El funcionamiento de estas granjas experimentales es, según ha explicado el subdelegado José Crespín, “el mejor ejemplo para constatar el esfuerzo del sector para mejorar el rendimiento de los piensos compuestos, dar un buen servicio a los socios y clientes y apostar por un futuro que ha incorporado las nuevas tecnologías, la innovación y la digitalización como herramientas para garantizar calidad y eficiencia”.
Finalmente, también se puso de manifiesto la posición de referencia a nivel nacional de la Cooperativa de Ivars al sector del ganado vacuno, pionera al ofrecer a sus asociados el modelo de granja participada, donde los ganaderos participan tanto de las ganancias como de las pérdidas, logró el año pasado una facturación que superará los 240 millones de euros y comercializó alrededor de 350.000 jefes de porcino, 41.000 novillos y 1.100.000 pollos. La empresa colabora con centros universitarios para compartir los datos sobre consumo, crecimiento y comportamiento alimentario de los animales.



